No es un secreto que las comunicaciones han sido desde siempre uno de los mayores retos a los que se han tenido que enfrentar los habitantes de los Picos de Europa. El río Sella es una de las líneas naturales que comunican la leonesa Sajambre y la asturiana Amieva con la ya más benévola marina. Desde la archiconocida Senda del Arcediano, hasta nuestros días han sido varios los proyectos, estudios ó simplemente ideas que nunca llegaron a materializarse.
Así, por ejemplo,en 1785 el ingeniero Miguel de la Puente consideraba, innecesario la construcción de la carretera entre las localidades de Cangas y Ribadesella por ser el río Sella perfectamente navegable en este tramo.
Hubieron de trascurrir bastantes años hasta que por fin una carretera cruzase estos parajes. En un primer momento se finaliza el tramo asturiano allá por 1880 y pocos años después el tramo leonés, aunque el actual trazado difiere ligeramente del original debido a la voladura de los puentes Cabrones y Quemado durante la retirada de las tropas republicanas hacia Asturias y que jamás se volvieron a reconstruir.
Lo que quizá no sea tan conocido, es el estudio que en 1857 efectuó Carlos Green, con la autorización de S.M para la construcción de un ferrocarril que uniese la línea del norte en Palencia y pasando por el puerto del Pontón siguiese el río Sella por Cangas de Onís, Arriondas y terminase en Ribadesella.
¡Un ferrocarril por el Desfiladero de los Beyos!
¡El Tren de los Picos...!
En los Picos de Europa... en 1857...