El terreno es fragoso y de aspecto imponente por la dimensión gigantesca de sus laderas y peñascos: abunda sin embargo la vegetación y esto le ameniza de un modo grato. Dejando el profundo teatro de la famosa batalla para subir hacia la cumbre de la sierra principal, es penoso y desusado el camino. Antes de llegar a la cima, distante y elevada de los Picos de Europa, que tal vez son el punto culminante de toda la cordillera, se encuentran bosques de antiguas hayas, pastos abundantes y frecuentados, y el hermoso lago Enol, digno todo de la musa de un Virgilio. Desde el alto vértice de aquellas rocas piramidales, en que anidan las águilas, se descubre al sur la gran llanura de Castilla, y aún aseguran los pastores que se divisan al anochecer por oscuro las cimas occidentales de la cordillera del Guadarrama; al este y Oeste hay un laberinto de cumbres y barrancos: al norte se extiende el inmenso Océano, cerrando de un modo triste aquella gran escena, una de las más variadas y magnificas que presenta la naturaleza…
Publicado en el Semanario Pintoresco Español el 7 de marzo de 1841
En Covadonga…. En 1841…
Publicado en el Semanario Pintoresco Español el 7 de marzo de 1841
En Covadonga…. En 1841…