El camino llama los pasos y Martín pone la vista en un cuetu terreñu que sale de los Negros, indicándose. En las aperturas, hay que echar los ojos donde se pueda echar y ahora ese cuetín de Los Negros es un pariente para el que sube, enfotado en agarrarse de sus canto oscuro; lo conoce bastante de pasar y recuerda un asidero que tiene la roca a su mitad y que tantas veces se prestó. El manil cobra hoy mayor importancia, último día de enero que no es como los otros. Ya llega
En Llué...en 1893...
Extraído de Viaje al mundo de Martín Llamazales, por G.López y G.Barrena
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