Tal día como hoy pero de 1908*, nacía uno de los personajes más célebres de estas montañas llamadas Picos de Europa. Se trata de Alfonso Martínez, y pretender presentarlo sería caer en la mayor de las ingenuidades.
En 1935, concretamente el 22 de septiembre, Alfonso abrió un nuevo itinerario por la cara norte del Picu; cierto es que de forma involuntaria, pero no por ello el mérito decrece, se podría decir que todo lo contario.
14 años después, el 11 de diciembre, el diario “Voluntad” publicaba un artículo en el que el propio Alfonso narraba aquella ascensión que le había exigido lo mejor de si mismo, pero bueno…que lo cuente Alfonso…
…completamente despistado por la niebla, no fui capaz de encontrar un detalle conocido. Llevaba dos horas subiendo y atravesando llambrias, que a veces se hacían muy difíciles de salvar. Después de escalar verticalmente unos ochenta metros más, vi una pared cortada, echada hacia fuera, que era imposible de intentar. A la derecha, después de pasar un saliente de unos diez metros, unas llambrias inclinadas con unos agarraderos de moscas que, a primera vista, me parecieron imposibles de escalar. Después de hacer mil cabriolas, tocando en todos los sitios la roca para ver de encontrar algo donde hincar los dedos, conseguí al fin dominar este paso de unos treinta metros de ascensión dificilísima, llegando a empotrarme en una grieta que desconocía por completo
Conducía aquel día a dos turistas* que no miraron para mí por no impresionarse; pero si un pie o una mano me hubieran fallado, la muerte de los tres era segura, dado que yo llevaba la punta de la cuerda a la cintura y al otro extremo estaban atados mis compañeros de excursión. Por fin, realizando un esfuerzo sobrehumano, logramos llegar a la grieta considerada “Inaccesible” por el llorado Marqués de Villaviciosa, don Pedro Pidal, y por cuantos alpinistas la examinaron a distancia sin poder acercarse jamás a ella.
Empiezo a trepar por la grieta llevando una punta de la cuerda y poniendo mi pie en cada punta de la hendidura en postura semejante a la de los monos, y así subí unos cien metros teniendo que hablar alto para que mis compañeros de excursión me oyesen con claridad; estos tenían que mirar echando la cabeza hacia atrás por subir a plomo de ellos. De pronto se abrió toda la grieta y mis pies no alcanzaban a los dos extremos; mis piernas y mis brazos se cansaban en aquella postura incomoda y decidí, como medida suprema, agarrarme con las dos manos a la derecha de la grieta, quedando todo el cuerpo en el vacío, trepando por el borde de la grieta, que parecía como una columna, logrando salvar los últimos metros para salvar también la terminación de la grieta.
Seguimos hacia arriba y subiendo ya con pasmosa tranquilidad fuimos a dar al pico más alto, encima de la fuente. A nuestros pies se hallaba vencido el gigantesco Naranjo de Bulnes y estábamos ya fuera de peligro…
* Curiosamente este mismo día, pero de 1987, fallecía en accidente de circulación otro de los grandes personajes de los Picos de Europa, José Antonio Odriozola.
*Los dos excursionistas no eran otros que su hermano Julio Martínez y Carlos Martínez Páramo.
En el Naranjo de Bulnes…en 1935…
En 1935, concretamente el 22 de septiembre, Alfonso abrió un nuevo itinerario por la cara norte del Picu; cierto es que de forma involuntaria, pero no por ello el mérito decrece, se podría decir que todo lo contario.
14 años después, el 11 de diciembre, el diario “Voluntad” publicaba un artículo en el que el propio Alfonso narraba aquella ascensión que le había exigido lo mejor de si mismo, pero bueno…que lo cuente Alfonso…
…completamente despistado por la niebla, no fui capaz de encontrar un detalle conocido. Llevaba dos horas subiendo y atravesando llambrias, que a veces se hacían muy difíciles de salvar. Después de escalar verticalmente unos ochenta metros más, vi una pared cortada, echada hacia fuera, que era imposible de intentar. A la derecha, después de pasar un saliente de unos diez metros, unas llambrias inclinadas con unos agarraderos de moscas que, a primera vista, me parecieron imposibles de escalar. Después de hacer mil cabriolas, tocando en todos los sitios la roca para ver de encontrar algo donde hincar los dedos, conseguí al fin dominar este paso de unos treinta metros de ascensión dificilísima, llegando a empotrarme en una grieta que desconocía por completo
Conducía aquel día a dos turistas* que no miraron para mí por no impresionarse; pero si un pie o una mano me hubieran fallado, la muerte de los tres era segura, dado que yo llevaba la punta de la cuerda a la cintura y al otro extremo estaban atados mis compañeros de excursión. Por fin, realizando un esfuerzo sobrehumano, logramos llegar a la grieta considerada “Inaccesible” por el llorado Marqués de Villaviciosa, don Pedro Pidal, y por cuantos alpinistas la examinaron a distancia sin poder acercarse jamás a ella.
Empiezo a trepar por la grieta llevando una punta de la cuerda y poniendo mi pie en cada punta de la hendidura en postura semejante a la de los monos, y así subí unos cien metros teniendo que hablar alto para que mis compañeros de excursión me oyesen con claridad; estos tenían que mirar echando la cabeza hacia atrás por subir a plomo de ellos. De pronto se abrió toda la grieta y mis pies no alcanzaban a los dos extremos; mis piernas y mis brazos se cansaban en aquella postura incomoda y decidí, como medida suprema, agarrarme con las dos manos a la derecha de la grieta, quedando todo el cuerpo en el vacío, trepando por el borde de la grieta, que parecía como una columna, logrando salvar los últimos metros para salvar también la terminación de la grieta.
Seguimos hacia arriba y subiendo ya con pasmosa tranquilidad fuimos a dar al pico más alto, encima de la fuente. A nuestros pies se hallaba vencido el gigantesco Naranjo de Bulnes y estábamos ya fuera de peligro…
* Curiosamente este mismo día, pero de 1987, fallecía en accidente de circulación otro de los grandes personajes de los Picos de Europa, José Antonio Odriozola.
*Los dos excursionistas no eran otros que su hermano Julio Martínez y Carlos Martínez Páramo.
En el Naranjo de Bulnes…en 1935…
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